La vida de Blas Infante (1885-1936) se halla estrechamente ligada a la lucha por la autonomía de Andalucía y su resurgimiento socioeconómico. Heredero de los movimientos republicanos y federalistas del siglo XIX, se convierte en el adalid de la defensa de los derechos del pueblo andaluz y de sus aspiraciones sociales. Blas Infante Pérez nace el 5 de julio de 1885 en Casares (Málaga). Su padre, Luis Infante Andrade, licenciado en Derecho, es secretario del Juzgado del pueblo. Su madre, Ginesa Pérez de Vargas, pertenece a una familia de labradores de clase media. Tras cursar los estudios primarios en la escuela de Casares, ingresa como alumno interno en los Escolapios de Archidona (Málaga), donde estudia el bachillerato entre 1895 y 1899. Su encuentro con los jornaleros andaluces le impresiona ya tempranamente, como recuerda años más tarde cuando escribe: "Yo tengo clavada en la conciencia desde la infancia la visión sombría del jornalero. Yo le he visto pasear su hambre por las calles del pueblo". Desde 1900 trabaja como escribiente en el Juzgado de Casares, al tiempo que estudia en la Facultad de Derecho de Granada como alumno libre. Se produce entonces su "toma de conciencia andaluza" y nacen en él las inquietudes que guiarán su vida posterior. Se licencia en 1906 y, tras ganar las oposiciones en 1909, ejerce desde 1910 como notario en Cantillana. La proximidad con la ciudad de Sevilla le permite entrar en contacto con el mundo político e intelectual sevillano, especialmente con los miembros del brillante Ateneo, entre los cuales se hallan convencidos regionalistas. En 1915 publica Ideal andaluz, donde expone su particular visión de la historia y los problemas de Andalucía. En 1919 se casa en Peñaflor con Angustias García Parias. El matrimonio reside en Sevilla y Cantillana. Infante se traslada a Isla Cristina (Huelva), donde ejerce como notario desde 1922. En 1931 regresa a Sevilla y construye una casa en Coria del Río inspirada en la arquitectura de Al-Andalus, encargándose personalmente de su decoración. "Mi nacionalismo, antes que andaluz, es humano. Creo que, por el nacimiento, la naturaleza señala a los soldados de la Vida el lugar en donde han de luchar por ella. Yo quiero trabajar por la Causa del espíritu en Andalucía porque en ella nací. Si en otra parte me encontrare, me esforzaría por esta Causa con igual fervor". Blas Infante alterna simultáneamente las tareas de jurista, historiador, antropólogo, musicólogo, escritor y periodista. Estudioso y lector voraz, se revela también como un lúcido conferenciante. Su único sueño es la redención social y cultural de su tierra. Andalucía. Su primer libro, Ideal Andaluz, se convierte en obra clave del andalucismo. Entre sus obras posteriores destaca La dictadura pedagógica, complejo y crítico análisis filosófico publicado en 1921. Su obra refleja la toma de conciencia de los problemas andaluces, especialmente la cuestión agraria. Líder indiscutible del andalucismo, su anhelo es la reconstrucción de Andalucía, entendida también como necesaria para la regeneración de España. Blas Infante ejerce un papel decisivo en el proceso de definición y popularización de los símbolos de Andalucía: la Bandera, el Escudo y el Himno. En 1918, propone recuperar la vieja bandera andalusí, verde y blanca, documentada desde el año 1095, y establece el escudo andaluz inspirándose en el de Cádiz. En 1933 compone la letra del Himno de Andalucía, adaptándola a la antigua melodía del Santo Dios, canción religiosa que entonaban los jornaleros andaluces al finalizar su día de trabajo. Para Blas Infante la bandera blanca y verde es: "grito de esperanza y paz, colores preferidos por nuestros padres. El Escudo lleva el Hércules juvenil, fundador de la vieja Cádiz, expresión de la fuerza eternamente joven del espíritu, domando la fuerza instintiva de los estímulos animales, representada por dos leones. El Himno es obra de los campesinos andaluces, cuya música cantan desde tiempo inmemorial". En las Asambleas Andalucistas de Ronda (1918) y Córdoba (1919), en la reunión de las Diputaciones Provinciales andaluzas de 1932 en Sevilla y en la Asamblea de Córdoba de 1933, se perfila el andalucismo como doctrina, se articula la reforma agraria y administrativa, y se redacta un proyecto de Estatuto de Autonomía. Blas Infante desempeña un papel decisivo en este proceso. En 1934 visita al presidente de la Generalitat de Catalunya, Lluis Companys, preso junto a otros miembros de su gobierno en el penal del Puerto de Santa María. Hacia 1928 viaja a Galicia, donde es muy bien acogido por los ideólogos del "galleguismo". En junio de 1936, Infante es elegido presidente de la futura Junta Regional de Andalucía. El proyecto, en el que ha depositado tantas ilusiones, espera a ser sometido a referéndum en septiembre. La rebelión militar contra el Gobierno de la República, el 18 de julio, lo impide. El 2 de agosto de 1936, varios miembros de la Falange detienen a Blas Infante en su casa de Coria del Río. Su esposa anota en su agenda doméstica: "Empezando a tomar la cuenta de la plaza estaba, cuando llamaron por la puerta principal y se presentaron por la falsa al ir a abrirla. El sargento Crespo, de Falange, y otro, y la casa rodeada. Llevánse a Blas. Se lo llevaron junto con el aparato de radio y el altavoz. Los aparatos volvieron, pero él, no". El 11 de agosto Infante es asesinado de madrugada en el kilómetro 4 de la carretera de Sevilla a Carmona, junto a la antigua Huerta de las Clarisas. En 1983 el Parlamento de Andalucía aprueba por unanimidad el Preámbulo del Estatuto de Autonomía para Andalucía, que reconoce a Blas Infante "como Padre de la Patria Andaluza e ilustre precursor de la lucha por la consecución del Estatuto de Autonomía para Andalucía".